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30 años lejos de casa.

"Hola soy Rosa Uribe, llevo en España 30 años sirviendo a los chilenos, pero principalmente sirviendo a Dios”

Así parte la historia Rosi, cada vez que se presenta. Sin duda su carisma es único y todos los que la conocen saben de su dulzura. Tiene una sonrisa encantadora y dan ganas de abrazarla cada vez que la ves, por su gentileza. Es uno de los factores que han llevado a esta mujer al éxito y que la han transformado en la reina de las tartas y empanadas para los chilenos. Llegó a España por un hijo enfermo, quería integrarlo en una sociedad, que en esa época, era mucho más abierta que la chilena. Lo logró, aunque con el tiempo, debió trabajar para costear la vida.

“El negocio lo comenzamos de casualidad, debido a que yo había estudiado algo de repostería chilena y los recursos auí en España no nos daban para seguir viviendo, así que decidimos poquito a poco a hacer pan, en cama, me los llevaba al consulado, donde los vendía"



Sólo es cosa de verla amasar para darnos cuenta del cariño que le pone a la cocina. Cada uno de sus productos tiene ese “algo” especial.

"Eso es lo que le gusta a la gente, que tengamos un detalle especial para cada cliente. Cada cliente tiene una atención especial de nuestra parte. No trabajamos con publicidad, hemos trabajado toda la vida con el boca a boca, que creemos nosotros, funciona más que tener un anuncio en televisión, que por cierto es muy caro”



Sin duda, los productos estrella entre los chilenos, son las empanadas, el pan de pascua, la torta de milhojas, las humitas y los alfajores. Rosi sabe de su éxito y también por qué lo ha obtenido.

"Hay muchos chilenos que han intentado levantar negocios, de hecho conozco a varios y desde luego no les ha funcionado"
“Nuestro productos son frescos son del día y yo creo que eso es esencialmente lo que le gusta al cliente”

Rosita desborda cariño. En una cocina donde sólo trabajan mujeres y donde el corazón de chilenas se les nota a leguas…

“La fama que tenemos nosotros en el mundo es el cariño, de hecho e ido a Chile después de muchos años y he sentido ese cariño, esa familiaridad”

Por eso, esta mujer que lleva la mitad de su vida en España, no deja de sentir nostalgia por su país. Desde su pastelería en Lavapiés, recorre mentalmente, su Chile querido.

“Siento la nostalgia de estar con mi familia, siento la nostalgia de comerme una rica cazuela debajo de un parrón, irme al río en verano” 



Nostalgias que después de 30 años fuera de su patria se agudizan cada vez más. Le brillan los ojos cuando recuerda Chile y más aún, se emociona al darse cuenta que lo que más echa de menos, son las cosas más banales, esas de la vida diaria, pero que te marcan a fuego los recuerdos. 

"Barrer la calle, ese olor a tierra que aquí no lo puedo percibir, las gotas de lluvia que te caen en el techo, esas son las nostalgias que siento hoy en día”

Son las imágenes que la Rosi no se permite olvidar, ya que a pesar de estar lejos de su tierra y probablemente ya no volver, la hacen más chilena que nunca. 

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